Largas caricias sobre tu cabeza,
aparto tu melena,
Buscando tus orejas,
palpo tu suave y delgado lóbulo,
Debilitadas tus sienes
al sentir mis dedos merodear por tus cabellos.
Mi índice repasa tus labios inciertos,
nos damos un largo beso suculento.
Mis manos se alargan hasta el final de tu cuerpo,
buscando tu fruto
abierto al deseo
Terminado el beso
me adentro en tus fueros
como la tierra se bebe la lluvia en verano.
Ahora somos uno
ya nada es incierto.