Las cosas que no digo
tienden a estar escondidas
detrás de mis miedos.
Tienden a ser retazos de palabras;
vocablos poco estructurados
que en la lengua se diluyen.
Las cosas que no digo
tienden a ser lugares apartados
de senderos transitados,
de ilusiones en espera,
y de sueños aparcados.
¿Por qué han de ser las palabras
la descripción precisa de mi ser,
de mi espacio y de mi tiempo…?
Las emociones no nacen en la elocuencia,
y los sentimientos solo son oraciones del Alma,
y el Alma no se expresa con palabras,
ni el corazón pronuncia con palabras su existencia.
Las cosas que no digo
son gritos ahogados en un silencio.
Son destellos de velas que se apagan
como en el pastel de cumpleaños.
Son deseos que no surgen al exterior,
por ser vulnerables de sentirse extraños.
Las cosas que no digo
son de mi luz las sombras ocultas.
Son la ausencia de mi luna,
son la piel en que habito,
y son como los sueños de un ciego.
¡Estúpidas palabras que limitan la voz…!
Porque la voz es el instrumento del espíritu,
¡ y el espíritu quiere gritar !
pero no halla su propio nombre…
Nocturna soledad que aqueja mis sentidos,
ábreme paso entre los escombros,
y deja volar mi imaginación hacia la vida,
hasta llegar al puerto de la poesía.
Porque las cosas que no digo
igual siempre están ahí,
asechándome, acosándome, esperándome…
y tienden a brotar cuando menos lo espero.
Y cuando menos lo espero,
las cosas que no digo
se vuelven ante mí como un espejo,
y suelen llamarme por mi nombre,
pero aun así no me escucho,
y aun así, no me veo.
¿Dónde están palabras?
Muéstrense ante mi
y dejen que mi pluma
haga de su etérea existencia,
una rima, una prosa, una estrofa…
o simplemente repita las cosas
que desembocan,
como el rio de mis sueños,
en el mar de mis pensamientos.
Distantes y olvidadas,
retiradas del camino que ando,
las cosas que no digo
vuelven a estar presentes.
Como tatuajes en la espalda, aparecen.
Si son parte de mí,
entonces que sean parte de mi viaje
y que viajen conmigo.
y cuando menos lo espere,
que las cosas que no digo
reposen en mis labios,
y se evaporen en mi aliento,
y se extingan en la noche,
y se pierdan en el viento…