Alberto Diago

CALAVERAS

No es que las calaveras

por sí solas inspiren terror,

lo que más miedo produce

es no poder identificar

si se trata de un amigo

o del enemigo más voraz,

si perteneció a un tipo humanitario

o a un gran depredador.

 

No es que las calaveras

por sí solas inspiren terror,

es que al desaparecer 

la máscara de carne

es imposible precisar

ante quien se pueda estar;

a menos que la pálida lápida

señale con precisión 

el nombre del occiso

y su anterior profesión,

fecha de nacimiento

y día de defunción.

 

Y quién garantiza

a entera satisfacción,

que la calavera 

no fue cambiada,

y quizás...

la del abominable Hitler

se halle a buen recaudo

en el honorable mausoleo

de un ilustre benefactor;

y la de éste último...

tirada en un oscuro rincón.

 

Y no es que la calavera 

por sí sola me inspire terror,

es que resulta difícil

identificar sin piel... el color 

y adivinar sin ojos...

si la \"mirada\" es sincera.

o que ya sin tener los labios

pueda decirme algo,

si le place tenerme de frente

o le soy indiferente.

 

No es que la calavera

por sí sola me inspire terror,

lo que más miedo me produce

es saber... ¡que así soy yo!

 

xE.C.