Torajiro

Adiós, juventud

Marchitada, llena de espinas, llegas a tu final,

Sin haber conocido esas ilusiones que te prometieron,

Siendo arrancada por aquella por la que viviste.

 

Adiós, juventud

Que pronto te marchas, y que poco que llegué a disfrutar

Que corto fue tu paso por el mundo.

 

Te has marchitado transformándote en nostalgia

En recuerdos vividos y otros imaginados

En amores frustrados, a veces idealizados.

 

Me enseñaste lo injusta que es la vida,

Lo efimero de la felicidad,

Que el olvido es lo único que dura por toda la eternidad.