Ya está aquí la soledad, esa que tantas veces esquivé,
Está de pié junto a mi cama,
Me mira fijamente como queriendo atraparme.
Sus manos se alargan y se apresuran
a sujetar mis sueños tan lejanos,
Cómo si quisiera asfixiarlos
en su manto de lúgubre tristeza.
La soledad me acecha con fiera entereza,
No dejará de buscarme...
Para hacerme caer en su abismal presencia.