Estoy enamorándome
lentamente de ti,
poco a poco y sin prisa.
Ayer fue de tus ojos, hoy de tus lunares.
El otro día de tus labios
y hace meses de las uñas de tus dedos,
del aroma de tu piel,
y de lo largo de tu pelo.
Lo menudo de tu tobillo me ha tenido
desesperado pues sin saberlo
ya de él
también me he enamorado.
Tu mirada breve, suave, a mi vida ha cautivado
y color que hay en tus labios
me está invitando a morderlos,
a besarlos.
Lentamente he llegado a donde nadie ha llegado
a enamorarme de ti, de tus risas y tu cuello,
de lo tierno de tus pechos
y del calor que hay en tu cuerpo.
© Armando Cano.