De tanto mirar tu alma
dentro de mi corazón,
una tenue luz ilumina casi extinguida,
casi sin vida, ya al ocaso.
Despierta con el sol,
abre tus ojos a la luna,
las golondrinas llegaron,
aquellas que aletearon tu verano,
allá… en tu verano.
Despierta en tu aurora,
el amanecer por fin llegó,
a tu corazón, a tu vida,
a tu alma adormecida.
¿Ves aquella luz?
Tu nuevo hogar emerge,
los prados reverdecen,
tus lirios coloridos florecen.
Aquí tú, con el Rocío de tu voz
elevas a tu paraíso
aquel fulgor de tus almendras,
aquella miel de tus cerezas,
Y yo aquí, aguardando en tu seno,
aguardando en tu regazo.
Un día florecerás en tu jardín,
con la más bella flor
de tu esencia y tu Rocío.
Acá, en tu nuevo verano.