Gritar a los cuatro vientos.
Soltar toda la tensión en una voz.
Saber la diferencia entre estar vivo y vivir.
Notar el viento atravesando mis pensamientos.
¿Alguien escuchará mi desahogo?
Liberar mi alma delante de nadie.
Estar feliz conmigo y con todo.
Una escoba que barre mis penas.
Un huracán que destruye mi propia tormenta.
¿Será temporal o soy otra persona?
Renunciar a un peso innecesario.
Evitar el desquicio de discutir con mi mente.
Huir de la infelicidad del pasado.
Disfrutando del ahora, del presente.
¿Será un acto de valentía o de cobardía?
Poner medidas a nuestra pesadez.
Creer en un nuevo comienzo.
Sonreirle a la carretera.
Y descansar en cuerpo, alma y mente.
Es un momento de inflexión.
Es otra puerta por abrir.
Es un grito a los cuatro vientos.
Eres tú. Tu auto-rebelión.