Cuando más oscura se encuentra la noche, y todo parezca que no llega la luz;
ahí está el lucero de la mañana guiando mis pasos para que no caiga.
Mientras más pesada se sienta la niebla y no vea cuándo se acaba;
ahí está Jesús, cómo faro en altamar para guiarme y no tropezar.
Puedo estar confiadamente pues se que cuando más oscura se encuentre la noche, la luz que es mi Jesús me alumbra.
Aunque la bruma sea densa, sé que esto pasará pues estoy confiadamente en los brazos de mi amado,
que me guía y no me abandona en altamar.