Nada de mis brazos te separa,
Nos lo dice la inmortalidad a nuestro oído,
Mientras caen sobre nosotros las gotas claras,
Es un idilio que no cae en el olvido.
Nos llenamos con tu deliciosa dulzura,
Poco a poco entre gotas puras,
Vertidas en un color bello y rosa,
Como las flores amorosas.
Una vida hermosa el futuro nos depara,
Estar juntos entre nuestras sábanas blancas,
En una bella noche sin nubes y estrellas claras,
Entre algodones de nuestra alcoba me amas.
Me encanta tu rostro con ese rubor,
Eres muy hermosa, hueles al aroma de la flor,
Con tu piel con un delicioso sabor,
Con el más dulce y sublime olor.
A tus bellos y luminosos ojos no dejo de mirarte,
Me encanta tu voz, me fascina escucharte,
Ni un solo momento puedo dejar de verte,
Mucho menos dejar de amarte, de quererte.
“Cada día más nos amaremos, te besare y te querré día a día de nuevo, con ternura te abrazo a mi pecho, mientras estamos sentados frente al fuego.”