Tiempo inseguro, cóseme las heridas
con la aguja ponzoñosa del amor perdido;
con el hilo ciego de esas futuras alegrías.
Cóselas, por un corazón de escasos latidos.
Regálame una vida, sin angustias, sin amarguras,
sin el dardo narcisista de las pasiones.
Dame un corazón sin la aflicción de tantas suturas.
Regálame una vida que finiquite tantas decepciones.
Tiempo indeciso ¿hasta cuándo las brevedades?
¿Hasta cuándo las definiciones incompletas?
Me sentencia esta mudanza entre amores fugaces.
Regálame una tregua, antes de fallecer en esta afrenta.
Tiempo egoísta, devuélveme lo que me has arrebatado;
las ganas de vivir, de soñar más que momentos;
la inefable sencillez de amar y ser amado.
Regálame un alba, para despertar mis sentimientos.