Mi ser,
Despreciable para muchos,
Muchas veces hundido en la miseria,
En los malos hábitos,
En las malas costumbres,
Pero siempre estás ahí.
Ella,
Con su amor incondicional,
Viéndome con los ojos
Que nadie más logrará verme,
Tendiéndome su mano
Aunque en el pasado la haya deshonrado,
Siempre alegre, sí… muy alegre
Orgullosa,
Aunque en el fondo yo haya estado,
Y siempre confiando,
En mis palabras que una vez la engañaron.
Gracias maravillosa mujer,
Por el amor que me has brindado.