Me perdí en tus ojos cuando me miraste
y me atraparon tus labios, aun sin besarme…
fue así, de pronto, sin buscarlo ni esperarlo
solo sucedió, bastó un instante.
Tus palabras fueron más allá de lo esperado
me rodearon,
me condujeron por el laberinto del placer
y sin saber de mí,
fui cautivo de la miel de tu susurro
¡lo necesitaba!
Sin darme cuenta, me había acostumbrado
a la palabra fría y desabrida
a la turbia secreción de la rutina agreste
al somnoliento transcurrir del tiempo, inerte
y de pronto,
amaneció tu sol en mis mañanas
y le pusiste colores diferentes a mis días
pintaste con óleo de placer en lo más profundo de mi
me volviste a la vida con tu aliento de mujer
y desperté…. Como despertar de un sueño eterno
con ansias de amar y de sentir el deseo,
de vibrar con tus caricias y emborracharme de ti
con el vino de tus besos…
Furtivo