En el camino al horizonte
lejano de mi vida,
te encuentro…
Sos el hada recordada
de los cuentos infantiles
y te amo…
Me acerco y te digo
en un susurro
¡te quiero!...
que solo escuchas tú…
Lo hago en tono bajo,
para que el viento
no lo lleve a oídos indiscretos.
Siento el latido nervioso
de tu corazón
clavarse en mi pecho
como flecha envenenada de pasión.
Estás casada, lo sé,
intuyo tus recelos,
más mis sentimientos
son tan fuertes y alucinantes
como mis deseos…
Nadie sabrá de nuestro amor,
solo tu y yo.
Será estatua de mármol mi cariño.
Lo que siento, será;
un aullido de lobo enamorado,
un grito, de angustia
y desesperación en el vacío,
en madera dura,
será clavo incrustado.
Mi amor estará
escondido en caja fuerte,
mis besos serán suspiros
arrastrados por el vendaval
¡Nadie en el mundo lo sabrá!
Si aceptas, no lo digas
deja que tus ojos lo hagan,
porque la mirada
es más romántica
y sincera
que la palabra hablada.
Ámame, ámame en silencio
o como quieras hacerlo.
pero ámame, ¡ámame
como yo te amo!.