Odalisca cual serpentina,
ondulando tu cintura.
Revelándome entre tules
tu cuerpo hecho de luna.
Cascabeles que se rompen
con metálicos matices,
suspendidos en el viento,
cual vuelo de perdices.
Hasta el amanecer baila,
danza mi bella escultura,
deseo ser mientras bailas
el sultán de tu hermosura.
Fundida en la música suave
entre tambores y tañidos,
rozándome con tu roce,
pintas mi piel de gemidos.
Timbales de cortesana
serán tus nalgas de plata,
tiñendo nuestras ansias,
con deseo color escarlata.
Te enredaré entre mis brazos
como filigrana ensortijada,
y de esta noche haremos
las mil y una noches soñadas.