Los días se pasan, se pasan las horas,
los sueños se abrasan, con en estas demoras,
se alarga la alarma y la gente confinada,
consagrando sus fuerzas como soldados en campaña,
son protección y escudo ante la alimaña.
Se apaga el sonido en la quietud de mi casa,
el mundo se ve pequeño a través de la persiana,
los cielos están grises y a mi mente clara
el sol la ha teñido de arcoíris y esperanza.
Estoy confinado, mis pensamientos se aprietan,
brotan como chispas al viento,
salen hacia adelante convertidos en versos,
suben como espumas rotas contra el risco
y difuminan las demoras del tiempo.