I
Mi piel es negra.
Mis ojos café,
azul mi sangre,
mi boca Chanel.
Mi corazón de azúcar,
amor en virtud da;
¿Por qué a negros odiar
si sabemos amar?.
Mestiza mi raza
por orden de Dios;
y si a un negro amas,
¡No es maldición!.
Orgulloso estoy
de mi raza y color,
gracias a Dios doy
por nacer en fogón;
Y hacerme negro,
con besos de caña
con cañas de beso
de madre zamba.
Desde la primaria,
trompadas repartí
a quien trataría
poner en duda mi hombría,
y querer burlarse de mí.
La salida, era el ring;
¡Al suelo!. El infeliz.
Ésta no contaría.
No es que sea bribón,
menos soy un ruin.
Puedo ser negrito,
más no soy tontín.
II
Me abro los senderos
al ir a labrar,
él campo por pan
y por quince pesos.
Oiga usted compay,
con atención a lo que digo.
En la viña, se hace vino,
borracho, hasta el fray;
Y si duda de mi palabra,
véngase para allá conmigo,
a bailar con cajón y guitarra,
y a comer el postre de higo.
Después: la zamacueca,
aé; baila mi morena,
aó; cómo mueve sus caderas,
aé; mire ella como festeja.
Ime ime repica el canto,
Inés, bajo el alto combo.
Tamales hechos por Don Toro,
con su festejo, y socavón.