Fernando?

Asesina a sueldo

Fijando la mirada en mis ojos, lacerante, con desparpajo y cinismo osas exclamar...

Dices ver en mí las pupilas de un muerto. El mismo muerto que murió en tus brazos despiadados.

Sin tiempo de reacción, con la negación a mi última plegaria por vivir, tenía tantas obligaciones por cumplir.

Una súplica en la que perdí la cobardía, el orgullo y un poco de dignidad, unas lágrimas no sobraban para aquel momento.

Nada fue suficiente para obtener al menos una señal de misericordia, una oportunidad para escapar.

De tal manera, clavando en mi garganta las espinas de mi última rosa, ¡Asesina a sueldo!

Algunos matan por placer y otros por deber, unos pocos más tienen tanta malicia que no les permite respirar.

¿¡Cuál ha sido tu cruel motivación!? Tomaste lo mejor de mí, despojando mi alma de la poca inocencia que aún guardaba.

Un abrazo de despedida, cobardía en abundancia, una puñalada en la espalda, creíste vencer tus miedos.

Una pelea ganada, ¿Qué me dices de las batallas que están por venir? Recuerda tu peor defecto.

La egolatría te hará mirarnos hacia abajo, pero habrá una última ocasión, un enfrentamiento final entre los dos.

Sonríes ahora, pero vendrá la justicia y mi alma reclamará a la tuya por la vida que perdí a tu causa, ¡Asesina a sueldo!