La noche llega y me fundo con él, ahora pensamos igual, ahora me acuesto en mi gélida cama y resueño aquellas memorias de cuando niño era, ahora abrazo mi almohada, como queriendo que de carme y hueso sea, ahora los cristales cubren mi rostro y me cortan el alma, ahora no podré detenerlo, ahora no podré... sino, esperar a que el alba se quite el velo.