Yo entiendo el enojo
que tienen tus ojos
ante esa partida,
que sin despedida
se llevó tus sueños
dejando despojos,
esperanzas perdidas.
Humedecen las lágrimas
tus tersas mejillas,
tu rostro angustiado
denota desidia,
demanda respuestas
a inconclusas preguntas,
que su obstinada soberbia
logró interrumpir...
con meras excusas.
No teman tus ojos
calmar el enojo,
secar tus mejillas
borrar de tu rostro,
sensaciones de angustia
porque pronto vendrán
nuevas experiencias.
Brillarán más grandes
vivaces, curiosos,
como tantos otros
que al cruzar destinos,
siguiendo algún sendero,
encontrarán ...el amor
...el amor verdadero.