El sol no anhelo este día,
frente al dolor que me pesa,
mi ventana a la luz cerrada,
solo abierta a la tristeza.
Triste sol tu calor no alcanza
para abrigar el frio que habito,
donde todo es opaco y seco,
palpitar de un corazón marchito.
Llena de fúnebres matices,
la luz de llorosas nubes negras,
alumbra de colores grises
los olores de ansias muertas.
Me canse de los desvelos,
de infinitas horas llorando,
de sentir el reloj palpitando
llenándome de desconsuelo.
Deseo terminar lo que vivo,
no soporto sentir la alegría,
porque en mi opaco nido,
es un sentir sin valía.
No culpo a la vida vivida,
es solo un día de tantos,
donde el naciente día viste
ropajes de patología triste.
Quiero tanto verte pronto,
tan ansiada muerte mía.
Irme con la naciente aurora,
para no vivir otro día.