Caerán tus lágrimas una y otra vez, y no tendrás una mano para que pueda limpiar tu desamor, tu misma construiste tu castillo de cristal, mismo que se hizo añicos en tu corazón, pero como toda ilusa volviste hacer otro de arena y quedaste entre el viento y el mar. Pensaste en amar a escondidas y robar los cerezos, pero sólo encontraste espinos. Lloras y lloras por un amor que nunca te dió la cara y mucho menos te amo. Porque cuando se ama se da todo sin importar nada. Y tu has recibido promesas de aire y palabras de Ceniza. No te hagas más daño, ilusa y limosnera. Que pena me das, lo que yo tengo de sobra tu le lloras cada día. No llores y ama a tu marido que lo tienes en el olvido. Los cerezos no son para ti, busca otra temporada porque no hay nada para tí. Aunque te cambies de piel sigues siendo la misma loba.