Once peldaños
has escalado mi niño.
Tu voz y tu sonrisa
el sello que te caracteriza.
Con el sol iluminando,
las pecas de tu rostro.
Yo te quiero, hermoso
con tu dulce inocencia.
Al abuelo y a tu padre llevas
en tu nombre su presencia.
Virgilio Antonio, en agosto
Dios nos regaló tu vida.
El te guarda y te guía
como niño curioso.
Crece, crece visionario
un día…serás veterinario.
Y sabrás cuidar con ciencia
vacas, perros y canarios.
Mirna Carranza