Hoy las alas del viento me trajeron
dos ojos verdes como esmeraldas,
que en mi corazón clavaron sus flechas
de elixir de amor envenenadas.
Subí a las frágiles alas del viento
en busca de la que me robó el alma,
recorrí todo el espacio infinito,
mas en todo él no pude hallarla.
Desperté de mi sueño vagabundo
en los brazos de la dulce alborada
y me encontré con una tierna rosa
que se deshacía en armargas lágrimas.
Besé el rojo néctar de sus labios,
succioné el dulzor de su fragancia,
bebí las agrias lágrimas que vertía
y se evaporó en la luz del alba.
En las alas del viento