Tanto amor me conquista
me abrillanta la mirada.
Tu sonrisa es un estrella
alumbrando la madrugada.
Águila sobre el eco del mundo
sujetando la raíz de la vida
Arco iris que sueña y brilla
coloreando a pinceladas la brisa.
Lejanía agotadora nocturna
del inmenso mar y las estrellas.
De una solitaria orilla a la otra
abarca cimbreando mi poesía:
A ras de esta bruma que vuela y huye
revuelta entre letras y espuma.
Más la brisa en cada travesía
me abraza y me besa la risa.
En esta lejana orilla Dios nos oye:
y al ave, a la lluvia, a las olas perdidas.
Algún día llegaremos al alto acantilado
igual que el corazón a la otra orilla.
Ana Barroso