ivan semilla

Fantasmas

La tarde empuja

hacia el abismo de la noche,

las sábanas se alzan en su cama;

y unos ojos ardientes de venganzas

le dan la puñalada.


 

¡Sangra de amor!,

 la soledad lo acuna.

Y ve fantasmas donde ya no hay nada

y las caricias, palomas que gozara,

se vuelan todas juntas, una  a una.


 

¡Morir de amor!

morir como muriera

el Cristo redentor encarnecido.

¡Morir de amor!

con la esperanza innata

pero morir, al fin,

de amor...sufrido.