A nadie le afecta lo que soy,
más a muchos les hiere lo que digo…
¿Por mí?
En el corazón de un pedazo de papel,
mis deseos se convierten en alas,
son parte de la nada,
difieren de su querer,
de un son intransigente;
tengo que aprender a vivir hoy,
antes que mañana muera,
antes que la angustia hiera,
prendiendo fuego a mis pensamientos,
y sólo encuentre cenizas,
o por el viento, no encuentre nada.
Entre las ramas yacen los frutos,
de ese árbol elegido,
ya no hay nada para enaltecerse más,
ni en el mar ni en el más allá,
en ese infinito ya no hay nada,
ni sonidos ni escrituras santas.
Vuelo en torno al paraíso,
en busca de un poco de agua,
más entre tanta serpiente,
al preguntarles, no saben nada.
Murmurando pregonan locura,
conteniendo desafíos,
unos contra otros,
en defensa o acuso.
Sigo muriendo lento,
buscando aliento,
encontrando nada,
con un corazón de papel que defender,
de su negligencia,
por mi desnuda vida.