Insomnio II.
Es fétido el vapor que Dios
me heredó.
Hay algo malo surcando mi mente
me dijo un buen hombre
antes que sus ojos se vaciaran
de vida totalmente.
Algo como un presagio constante
y también redundante
del ocaso.
El fantasma de la noche
todavia se me aparece
ya está royendo mi carne
me come la cabeza
una rata gigante.
Sus susurros no cesan
ni cesa mi llanto.
Y en todo momento lloro,
recargado en su hombro
y en todo momento
se ríe de mí.
Mi estómago siempre está frío...
como el rostro del cadaver
que me habló el otro día
y que me dijo...
\"mira, ven\"
Y fue entonces que cerré los ojos.