Ayúdame corazón…
en esta fingida sonrisa,
a tí no te engaño,
conoces bien mi razón.
Ella me hace falta…
y cómo le pido perdón,
si es en vano,
no acepta explicación.
Tal vez este poema,
lo quieras leer,
y sintiendo mi pena,
aceptes ceder.
Piensa…
en una mañana,
sin tu sonrisa,
sin tu mirada.
¿ A quién le digo ?
buenos días mi reina,
¿ cómo amaneciste ?
mi flor amada.
Es por tí…
por tu mirada,
que mi jardín,
se viste de gala.
¿ sabes ?
todas la flores
las admiro,
solo pensando en tí.
Y el bello cielo
de la mañana,
lo disfruto como espejo,
solo en tu mirada.
Dile a mi corazón,
si me amas,
cuál es la condición,
para recibir tu perdón.
Me cuesta un poquito,
decir lo ultimo
que puedo decir
¡ Yo te necesito !
Solo puedo ser feliz,
y sonreir sin fingir,
si el destino de tus pasos,
es volver a mis brazos.
© Saulo Garcia Cabrera