Estoy parada en la cima de lo que invento,
no hay existencia posible todo es incierto,
la noche se hace tan vacía, a mi alrededor.
Ahora vivo y no muero de amor.
Se hace preciso amar en tiempos de vuelo,
cuando desnuda en el riachuelo de tus mentiras
las tuve que ahogar cantándole dulces liras.
Un día cualquiera sin que nadie supìera en un adiós,
canté las vergüenzas que nadie descubrió,
ebrios desacatos que humilla a la rutina
pasión ciega que se convierte en doctrina.
Tus lagunas, las mentales no dejaste ninguna
y tantas que tenías, a las que acaricié sin alevocía.
Amando con toda intención, veo, ha pasado el tiempo
ya no queda un instante por perder,
antes las dificultades puedo crecer
porque para verte falta la ilusión,
pero estoy sin las manos atadas,
sujeta a ti, a este, a aquel, a ese imposible
que no me puede querer.
Pero estoy, dispuesta a darte cuanto tengo.
He recobrado mi botín de oro,
desde que te conocí de contrabando,
eres tú, como el tiempo mi mayor tesoro,
el caudal, es la persona que seguiré amando.