Esta copla jocosa se la escribí a mi última y querida hija Adriana Berenice, cuando me urgía que le ayudara con su participación en el acto final de la semana de la alimentación, cuando cursaba el 3er grado de educación primaria; estoy segurisimo de que al releerla los recuerdos aflorarán de nuevo sobre su alborotada cabezita.
A la fiesta de las frutas
primero llegaron los Cambures
primorosos y rechonchos
de la mano de un Jojoto
y en una vaina de Quinchonchos
la señora Naranja amarillita
veía con disimulo a sus primos
los Limones aciditos;
mientras que su abuela gorda
la Toronja pomelita
acompañada de un Topocho madurito
comentaba con el Semeruco
que el Repollo estaba triste
porque su esposa doña Acelga verdolaga
con su amiga la Espinaca florentina
se fueron bien temprano
a una ensalada vespertina
y allí las vieron muy juntitas
de la mano del Tomate
y de besos bien picantes
con el Rábano que era visitante;
mientras la Yuca blanditíca
se reía y se reía
de los Ñames y los Ocumos
que creían que el sancocho
esta noche en esta fiesta
de seguro no hervía;
cuando de repente
la gordita Remolacha
le decía en secreto y con sigilo
a la altiva Zanahoria
que le fuera ya avisando
al Pepino y la achicoria
que un cuchillo afiladito y relancino
esta noche venía a visitarnos;
que le contaran a la Cebolla
y a los Ajos para que guardaran
sus mejores jugos
y sus olores favoritos,
para que el que usara
el novísimo cuchillo
desde ahorita ya empezara,
a soltar sus lagrimas de estopa
y por esto se olvidara
de ensaladas y de sopas
de purés y de tizanas,
y desde oriente hasta occidente
olvidaránse de buena gana
de la comedera y la "jartura"
y que en todo el mundo se volvieran
o bien carnívoros o muy devotos
de no usar tanto la dentadura ....
Francisco Barreto. F