Cuando el cielo diga basta, y las estrellas no brillen, y el sol se apague, la Luna, solo será una piedra redonda invisible, una Puta Roca inútil flotando allí arriba, solitaria olvidada y los enamorados, los solitarios y los Poetas ya no podrán hablar con ella .
A mi me echarán de los bares, dispararé mis letras contra
las paredes, tropezaré una y otra vez con mis más de mil
errores, lo sé porque los conté uno a uno y sigo tropezando
como si fuera un muro, dónde el destino me dice suicídate,
quítate del medio, estas lleno de arrugas del pasado y jodido
de artrosis mental.
Odio los veranos y amo los Cafés en pleno invierno, donde entras muerto de frío y el olor y el calor te abrazan hasta que llega el camarero para ver qué quieres tomar, y es entonces que para joderlo, le pido un helado con mucho chocolate y nata, me encanta verles arquear la cejas a estos individuos pensando para dentro
\"Maldita mi suerte otro loco cabron que tengo que atender\"
No es que yo tenga mucha guasa, pero a veces me gusta
jugar con la mente de los demás para ver sus reacciones,
es la única forma de saber si estás frente a una persona
normal o estas en presencia de un extraño y oscuro personaje.
Artículo primero : - Conocer al Personal -
Pero sigo con mi relato, una vez dado la encomienda que al café me trajo, cojo servilletas, que están encima de la mesa que he elegido al entrar, saco mi bolígrafo, y dudo si escribir de desamores y corazones rotos, de tripas enamoradas, del frío que hace, o de letanías con mensaje.
No quiero escribir tristezas, no vaya ser que lloren los cristales
y no pueda ver cómo pasan las personas sacando la chepa por el frío que ahí fuera hace, pido socorro a mis musas, pues esta tarde tengo los tornillos flojos, mientras con cara de cabreo el camarero me trae el helado con chocolate y nata, me lo como pensando dónde iré más tarde.
Como no me aclaro a dónde ir, arrugo dentro de mi puño la servilleta que iba a ser un Poema, pido la cuenta y salgo a la calle, el viento helado me abofetea la cara y pienso camino de casa en la primera papelera que encuentre tiraré en ella el bolígrafo, porque no volveré nunca más a escribir un Poema,
Pues me apetece escribir una novela, pero con una buena pluma de esas antiguas que hay que mojar constantemente en el tintero, si, así lo haré, allí escribiré las locuras de mis aventuras, empezaré contando aquella época de mi vida que pasé tres años remando encadenado entre Galeras.
Mael Lorens
Reservado el derecho
de Autor 17/07/2020