Luis Pizarro M.

MARIO BENEDETTI

 

Habla el mismo Mario Benedetti
desde el exilio
de su propia eternidad.

«Voy hablar de mi cotidiana estadía
de dónde me encuentro
y de lo que siento.

Que me encuentro bien
que ya no me aqueja
ni una pena ni menos
un dolor humano.

Quiero confesar —muy risueño;
en cuanto diviso ascender
a otros dos hacia la luz —. Que
me seduce ver
aquella ramita que cae del árbol
en cada hilera de otoño
a la izquierda del roble /
y me seduce el amor que se tienen
esos dos enamorados
que aguardan aún el taxi
de mundos paralelos.
Y al fin después de tantas esperas
el muchacho le dijo a su amada
lo que ya sabíamos en el jardín botánico.

Mis días pasan contemplando el atardecer
y escribiendo desde aquí nuevos versos de humo.
Mientras observo el eclipse de tus ojos dormidos
el faro de la lluvia se enciende
y menos mal te quiero
porque mi corazón coraza está húmedo
y vos estás en el celestial sueño.
“No voy a despertarte.
Solo voy a contemplar
los huesos de tu cuerpo y el mío”.
Mi amor por vos es tan grande
que si veo a un gusanito
bajar por tu consumido hombro
yo lo aplasto con delicado puño
y te beso con ternura
para que sigas soñando
con esa vida que nos fue esquiva.

“Así paso mis días
entre la lluvia que atraviesa mi sepulcro
y el diario de mis versos mojados.
Yo no sé si esto es cierto o no
pero la luna ahora es más hermosa
desde este lado
dónde creo que me existo —siempre y cuando
la luna conserve
el íntegro salario de su luz parca.

El jardín botánico siempre sabe a madreselva
donde quienes como yo caminamos entre nubes
a tres centímetros del pasto verdoso
compartiendo el recodo
como si fuese una hostia hecha pedazos”.

Aún no te eh contado amor
que me eh cruzado con espectros vivos
que los eh palpado
y ellos han reaccionado sintiendo
un escalofrío en la nuca
(yo eh vacilado cándido con eso)
porque ellos no sabían
desde donde provenía el toque helado
asustados resaban
el padrenuestro latinoamericano.

Tampoco te eh contado amor
que le pedí a este joven poeta
que escribiera sobre mis días a tu lado
y sobre del jardín botánico.
“Perdón amor por esto último”.
Pero solo es una neutral muestra
del porque te quiero /
yo te quiero
porque tu boca besa la mía y me nombra
y sí; yo te quiero amor
yo te quiero
porque vos me has dicho
y yo lo eh creído así
que nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
que nada más tuvo apenas tu sonrisa
y mi júbilo al amarte clásicamente.

Yo despido la noche entre tus brazos
amándonos / besándonos
arrojándonos en esa eterna manía
que la llaman muerte.
Amor tú y yo estamos muertos
muertos de amor; pero felices».