david valencia tobon

Hallándonos en el deseo erguido

Vamos a tirarnos de caricias

y con nuestras bocas dibujamos

la piel húmeda que nos ofrecemos.

 

Jugamos a no permitirnos

no tocarnos, no mirarnos.

 

Mientras las almas como sombras

se bofetean a besos, saliva, sudor.

Nos tomamos en el gemido que se yergue

como la noche con sus altas horas excitantes

como la fricción del deseo en nuestros sexos,

tibios y altivos.

 

Nuestros sexos se eclipsan en los aromas

de canela y manzano.

Nuestros sexos se encuentran en el borde

de la embriaguez y gemido.

 

Cogemos, lamemos, chupamos;

nuestra vida segregada con sus almas entrelazadas.

Nos vamos sitiando de nuevo,

aún la noche no es calma.

 

Nacemos en el uno y en el otro,

para ofrecernos en las bocas,

manos y sexos mojados.