Una vez en la vida nos topamos con ese alguien ideal. Aquel que aunque es totalmente opuesto a ti termina llenando cada idea que tienes en la cabeza sobre el amor.
Ese que ve cada faceta y cuando las conoce todas te reinventa todos los días creando más de ti, no por aburrimiento sino porque nunca es suficiente de ti.
Un amor motivante, que lejos de exigirte te brinda la fuerza para ser mejor no sólo por él sino por ti mismo. Que no hay nada más satisfactorio para el que verte segura, fuerte, siendo tú.
Que abraza tus complejos porque mas allá de ser un estorbo son las cosas que te hacen diferente. Y es capas de armarte con virtudes aún cuando los mismos defectos en algún momento busquen flaquear.
Ese amor ardiente en el pecho, que te ve con celo y locura. Que te sigue con la mirada y te ve desvanecerte en el horizonte cuando te despides hasta la siguiente ocasión. Que te hace sentir deseo, pues su ser, su cuerpo y su alma no hacen mas que añorate cuando no estas cerca.
Que sea amigo, que ría contigo por todo y por nada. Que llore y saque la versión más sensible de ti porque lejos de verte débil te nutre y te llena de fuerza.
Que sea confidente, que cada detalle por muy pequeño que sea siempre quiera compartirlo contigo. Pues para el la alegría multiplica, por ambos y por todo.
Aquel, que no importa la hora siempre hay un minuto para decirte lo que siente. Que no tiene miedo de ser real, honesto, puro. Pues sabe que no hay nada mas tierno que ser sincero con todo lo que nos rodea, miedos, sueños, metas, vidas. Que te enseña a hacer el amor de una y mil maneras, porque no es solo el unir dos cuerpos sino las acciones con las que encamina la reinvensiones de tan corta pero a la vez tan extensa palabra.
Un amor que lejos de ser miel es aprendizaje, no vive de lujurias, ni se llena de reproches. Busca la paz, la igualdad, el balance entre dos. Es el equilibrio entre lo que se es y lo que somos juntos, porque aunque somos dos juntos nos volvemos uno.
Dicen que encontrar eso es mágico, que muy pocos los poseen y otros tantos no lo valoran pero cuando llega no quieres dejarlo ir, aunque muchas veces no nos toque caminar junto el.
Pero así es la vida...
-Joss-