No lo espere, tocó a la puerta sin llamar
era estulto e hilarante. llegando a mi ser de manera ingente,
desnudó de forma impiadosa el corazón.
con fatuidad se ha visto en la mirada de los enamorados,
y con expeditivo caminar
huye de desprevenidos y decepcionados por conquistar sus causas.
Es cándido y brotura por toda mi carne,
siendo independiente, irascible y poco objetivo.
sin pendencia irradia alegría en un tiempo finito.
cuyos matices, me hace ver que todo lo que era agostado reproduce vida.
sin aversión a una cadenciosa concupiscencia,
es el llamado a la veneración de todo tu ser.
de todo aquello que en tí que produce nobleza y fracaso.
por todo aquello que me hace saber que existe y que es verdadero.