Me apoyo en el teclado,
intento coordinar algunas frases,
desbloquear mis manos,
mis dedos son sarmientos
mi cerebro un desierto polvoriento
aullando desbocado.
Las sombras me acorralan,
el cansancio golpea mi costado,
intento abrir los ojos
pero los párpados
corren sus candados.
Sumido en un pantano
de miedos, de recuerdos, de presagios
me ahogo en el futuro
sin que nadie me acoja entre sus brazos,
boceo maldiciones
y sus ecos atruenan mis oídos,
las sierpes me rodean
esgrimiendo sus lenguas viperinas,
blandiendo sus colmillos.
Pero hay que hacer camino,
me sirvo una cerveza bien helada
que me despierte el alma,
me arranco la mordaza
y comienzo a esculpir en el teclado
mis fobias y esperanzas
soñando que tras de la pantalla
hay alguien que me espera y que me escucha
¡DEJADME LA ESPERANZA ¡