Ya lo cantó Almafuerte
cuando clamaba Avanti,
el mundo es un estrado,
que es estólido y fingido,
donde nadie es querido
por más amor recibido.
No confíes en nadie,
no vendas tu sonrisa
a las fauces de alimaña,
que cautivadora sonríe
mientras sus zarpas afila.
Que ni tras la fría muerte
podrás confiar en los vivos
mientras quede aliento
en sus crueles y viles labios.
Que habrás de renunciar
a tus creencias sumisas,
dejando tu deseo conciliador
en el mausoleo del olvido,
desprecia al rebaño manso,
ignora sus tontos balidos,
conviértete en depredador.
Deja de ser borrego inválido,
que sigue los pasos de otro,
ignora sus opiniones y normas
y asume tu naturaleza de lobo.
Has venido al mundo a por todo,
a tomar aquello que es tuyo,
y no creas que por ser solidario
velarán los restos en tu sepulcro.
Deja de ser esclavo del mundo,
sé dueño de tu propio destino
y muerde si te es necesario.
Eres el último ser humano libre,
fuera de la civilización esclava,
viniste con una finalidad clara,
vivir, morir y reconquistar tu alma.