Porque deseo tenerte,
la noche se queja desnuda
no me deja ni olerte
aunque en soledad quede muda.
Me dejas en desconsuelo,
por el vicio de tenerte
quiero alcanzar tu consuelo
hasta poder retenerte.
Corre por los tejados
la vida que pasa como loca
dejando acongojados
a todos aquellos que toca.
Y, si entre toda esa tiniebla
no escuchas un quejido azorado
es porque se esconde en la niebla
mi corazón enamorado.