Días de intenso luminio
acompañado de un amor
que nunca dio dolor
mientras estuve en su dominio.
Veo el mar y su vaivén,
las espuma y las olas,
anhelando el ayer
y un recuerdo que se borra.
Igual de cálidos fueron sus besos,
cual estufa en un invierno
cual abrazo igual de tierno.
De no valorarlos cargé el peso.
Alegre era ella
como un bronce ya pulido
como el oro era bella
aunque más bello lo vivido.
Ya no cargo con el peso
y estas letras son testigos
que en mi conciencia estuve preso,
por no haber seguido contigo.
Mi memoria ya me falla
pero lapsos de alegría son sinopsis,
así mismo son mi dosis,
aquellas tardes en la playa.