En un cuarto de hotel y a media luz, nuestras bocas se unen
en suaves y dulces besos
mi cuerpo responde a esos besos que sofocan mi respiración,
mientras lo mantienes abrazado con tus manos frías y temblorosas
poco a poco son besos duraderos y apretados
suavemente avanzan tus besos por mi cuello,
despacio nos tiramos en la cama,
sutilmente despojas mi sostén
empieza aumentar la temperatura de la piel
pidiéndote en mi mente no pares y seguir hasta encontrar
la abultada zona de mis pechos para darte
la miel más rica del placer,
siento como mis mejillas se encienden
y como aumentan los latidos del corazón
tus manos inquietas me tocaban y estrujan
mis pechos erectos, poseídos por tus húmedos labios
y juguetona lengua, han provocado pequeñas contracciones
en mi cuerpo que están a punto de estallar, mientras la zona receptiva de mi cuerpo
manifestaba un dolor punzante que pide
ser calmado por el miembro endurecido de mi amado hombre
pronto los fluidos de los cuerpos encendidos encuentran el camino
con gemidos y alaridos hasta compenetrar sus cuerpos en un mismo ritmo
dando queditos gritos y gemidos de placer
hasta culminar con el estallido de emociones y placeres
que dejan nuestros cuerpos cansados
y llenos de placer en un silencio perdido hasta el amanecer.
Taltamira