Es como si cada mañana
por cada amigo
exhalara una fragancia.
Soy lirio y soy rosa,
y soy clavel y azucena.
Y me nutro de aire puro,
de follajes
que se elevan,
de acariciar
troncos centenarios.
Y del rocío que humedece
mis manos.
Tengo cielo.
Tengo campo.
Tengo noches estrelladas,
y árboles que son amigos,
¡Y tengo amigos gigantes,
en su dimensión humana!