Qué poco dura el tiempo en
la memoria de los duelos.
Qué fácil se desprende el barniz
del orgullo cuando vuelve a rascarlo
el olor de tu llegada.
Aguardaba confiando en que no tirarías
mis defensas, que perdurarían alzadas.
Y que poco han tardado en entregarse.
Mercenarias.
Luz De Gas