Por momentos la soledad se adueña de mí corazón y deja de perseguir las ausencias perdidas.
La presión aumenta y exige respuestas a preguntas inexistentes, preguntas que tienen miedo de existir.
Me entrego a las verdades ocultas que yacen dentro de mí, me siento en el banquillo y me autocuestiono si estoy en el lado correcto.
Si hice lo que debía, si valió la pena...
Y al final, en medio del silencio y la incertidumbre... Solo me dedico a existir, pues nada de lo que haga cambiará mi pasado.
Y en este momento soy yo y sólo yo pensando en algo que solo me roba la existencia. Mis demonios batallan contra mí y aunque no sé que vendrá seguiré en la batalla.
-Joss-