Sé que soy un irreverente
con el Dios que tienen los demás
y aseguro que lo lamento
lo digo de verdad.
Seguramente por que soy consciente
de mis múltiples ignorancias.
Pero en mi alma, priva la libertad
de pensar
en esa posibilidad
que yo esté absolutamente solo
que todos y todo, sea una ilusión
que he creado para darle sentido al día a día.
Esa idea surrealista
me acerca absolutamente a Dios
y como ha de sentirse ante su obra.
En estas palabras
estoy llegando al centro de mi laberinto
donde encuentro a Dios.
Es cuando lo miro a los ojos
y me siento reflejado en todas mis dudas.