El mar esta en completa calma y así se encuentra mi alma. Cuándo tu me llamas hay sosiego en mi ser, que tiempo atras estuvo atribulado.
Como Pedro descendi de la barquilla y
caminé rumbo a ti por la mar; pero las luchas, las pruebas y las tormentas me tambaleaban, queriéndome hundir en lo profundo de las aguas.
Pero tú, amado mío, con ese gran amor extendiste tu mano para que no naufragara, y ni las olas me tocaran. Con una dulce voz dijiste la palabra para que las olas no arreciaran, y todo quedó en completa calma. En ti mi alma haya descanso, pues tú me amas.