Llegó llevándose días felices
como pequeño monstruo coronado
y de poco a mucho nos ha asustado
intercambiando todos los matices.
Y se esparció a travéz de las narices
como un saludo bien intencionado
y de poco a mucho nos ha marcado
hospedándose en nuestras cicatrices.
Por más lágrimas que se lave en paño
o en duelo alguien se arrope con capucha,
no sirve, si nos sigue haciendo daño.
¡Así termina!, sea poca o mucha,
toda y cada cicatriz tiene este año
la convicción de seguir en la lucha.
Luis. Angel Castillo Aguirre
Los Derechos Reservados // 19-07.2020 //
Foto tomado de Red