jamunoz

MÁXIMA TORTURA

Quiero morir de cualquier enfermedad no de remordimiento

el corazón se arruga y se sumerge en los profundos abismos

puedo llorar por un fuerte dolor y no por el arrepentimiento

los ojos salen de sus órbitas, soportan intensos estrabismos.

 

Los dolores físicos se pueden soportar con los analgésicos,

¿cómo suavizo mi alma si en la muerte un paliativo espero,

cuando reflexiono que todos esos síntomas son maléficos

y me sumerjo en el más completo y devastador desespero?

 

 

Este tormento taladra y putrefacta las paredes de mi interior

todo mi ser está siendo arrastrado por el inclemente viento

en antaño ni siquiera pensaba que existiera un ser superior

ahora ansío que llegue navidad y así disfrutar del adviento.

 

Quiero orar a ese omnipotente Dios y postrarme de rodillas,

una cruel angustia es al instante mi inseparable compañera

observo el exterior y envidio el coqueteo de tiernas ardillas,

ven hermano y confina mi cadavérico cuerpo en esa bañera.

 

Oh, señor soy un recóndito y descomunal muerto viviente

no controlo mi cuerpo, no puedo oír esa preciosa canción

mi movimiento es reducido vivo a expensas de un sirviente,

la fiebre me devora, deambulo por doquier, sin precaución.

 

 

Estoy triste, soy un vetusto velero que navega a la deriva,

apenas siento la fresca brisa que acaricia mi nevada cabeza

no sé si viajo en un moderno crucero o en una negra chiva,

mi cuerpo está muy lento, todo en mí es una torpeza.

 

 

Jaime Muñoz, 19 de julio de 2020