Danny McGee

TAYRONA.

TAYRONA.

Se alegraba, y escuchando el viento, la mujer pasó por las playas de las rocas del silencio: y por allí pasaban las almas, las olas, el recuerdo y otra bella palabra que en ella sería un sueño.

Por Tayrona, caminando libremente, la mujer pisaba las hojas del cuadro verde y celeste: los árboles y las olas hacían volar su mente y un centenar de cosas que dan la magia por siempre.

Y por entonces, aun lado de la vida, la mujer se perdió en el bosque de las tantas maravillas: en donde encontró a su hombre, su tarde, una colina y una palabra noble que en ella sería sonrisa.