Sin pensarlo dos veces me decido...
Decidí creer, decidí soñar, dejé de acusarme en ese momento y me levanté del banquillo.
Recordé que no perdí, sino que aprendí.
Que sus besos son algo parecido a tocar el cielo con los dedos, que volvía a la vida entre sus brazos.
Y que mi piel se erizaba al escuchar el sonido de su voz.
Viví... Y al final descubrí que lo amé, así como se ama la primera vez. Sin condiciones ni barreras, sin cuestiones o señalamientos.
Que se llevó más primeras veces que muchos otros, que arranco de mí todo lo que se atrevió a descubrir. Pero no... No perdí
Descubrí más de mí de lo que yo creía conocer y es loco porque vivo conmigo siempre.
Crecí... Y entendí que aunque lo quiero conmigo no es la manera, no puedo atarlo a mí.
Decidí pensar en él como una de las más grandes lecciones de vida. Pues viví, morí y reviví, sabiendo que estuvo siempre.
Que hoy es un escombro dentro de los recuerdos mas fieles a mi corazón de lo que soy. Y sí, no lo busque... Él me encontró.
Y aunque le extrañe, sé que esta bien. Sé que mejoró después de mí, que llegó lejos. Y eso me basta, pues es feliz.
-Joss-